Después que te fuiste todo eras tu. Cada rincón de la casa, bastantes calles de esta ciudad y de otras cuantas mas, cada atardecer, tu camiseta vieja con la que solía dormir y tu lado de la cama que parecía que me reclamaba porque no me acercaba.  Y fue en una de tantas noches que no lograba dormir que lo decidí. Ese lado nunca fue tuyo, esa almohada siempre fue mía, ese rayo de sol deslumbrante que entra cada tarde por la ventana era mi fuente de energía y ese pequeño lugarcito de cupcakes yo lo descubrí! Y ahí fue que lo entendí... I’m not heart-broken, I AM HEART-WHOLE. Volvió a mi la paz y calma que tanto había estado esperando. Si, te fuiste. Si, me engañaste. Si, me lastimaste. Si, si, si, si y si, pero mi corazón es mío y era mi decisión si dejaba que te fueras con el o me lo quedaba yo. Y me lo quede. Y antes estaba incompleta porque tu tenias esa parte de mi que me detenía, que me hacia pensar todo dos veces porque ¿como me sentiría si tu lo hicieras? Y si bien tu nunca te detuviste a pensarlo así, yo si y ese pedazo que se aferraba tanto a ser tuyo lo hiciste como quisiste y lo apachurraste y aventaste pero ¿qué tanto puede importarme si al final me lo devolviste? Hoy te agradezco que te hayas ido, y no lo digo de dientes para fuera,  ni te respeto ni te quiero cerca, pero no es por eso que te agradezco, es porque al fin me di cuenta que no necesito a nadie para bailar como loca por la vida, para probar cosas nuevas o aventarme de un paracaídas. NO, A NADIE.

       Y si, me tomo un tiempo juntar las piezas del rompecabezas, lograr que todo tuviera sentido. Y no miento, aun sigo sin entender muchas cosas, aun no entiendo porque terminar así, no se que es lo que crees que sabes, lo que si se es todo lo que crees que yo no se y no entiendo cuando te volviste el peor de los cobardes pero ahí me detengo, ya no tengo ganas de escribir de ti.

      Soy mas feliz de lo que nunca fui, duermo en paz, sonrió sin razón aparente y de vez en cuando me embarco en largos viajes por la autopista con los vidrios abajo y la música en alto y de pronto me llena una nostalgia, una alegría, una satisfacción inmensa, un sentimiento de agradecimiento eterno con esta vida y con Dios. Ya no hay vació, ya no hay preocupaciones. Soy yo otra vez. La real, la que por un momento erróneamente pensé que tu habías traído de vuelta.  Pero nada de eso, me traje yo sola de vuelta al ruedo. Me siento yo al fin. Yo, la niña inocente que caminaba sola por los senderos con el cielo en los ojos, que soñaba con encontrar el amor de la manera mas inesperada y que estaba obsesionada con Anastasia Romanov...

-Soy yo, La niña de la llave azul…